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El Club Laprida sigue proyectando a futuro

  • Foto del escritor: Alex Mercado
    Alex Mercado
  • 6 ene 2021
  • 2 Min. de lectura

El 2020 fue y va a ser un año atípico para la Argentina y el mundo, efecto del Covid-19, aquel virus proveniente de China que nos privó de vivir momentos únicos. Sin embargo, respetando los protocolos establecidos por las autoridades, hay quienes aprovecharon este “parate” para seguir avanzando y creciendo. El Club Social y Deportivo Laprida fue ejemplo de ello.

El barrio Laprida tiene ese “no sé qué” que lo distingue de los demás. Sus raíces norteñas, gracias a sus primeros habitantes provenientes de Catamarca y La Rioja, entre otras provincias, supieron moldearlo a su gusto, con ese verde que resalta y que termina por brindarle un color al club de barrio, al “verde”, al equipo del “far west”.


Así fue como en 1959 se fundó el Club Narciso Laprida, hoy llamado Club Social y Deportivo Laprida, que al cumplir sus 50 años recibió la noticia que entusiasmo y emocionó a un barrio entero, y más: La llegada de la cancha de césped sintético al Estadio Domingo Perea.


Durante años la cancha de tierra de Laprida fue considerada por muchos como una de las mejores canchas de Comodoro Rivadavia. Se ha llegado a jugar el clásico más importante de la ciudad (Huracan- Newbery), en el campo del Domingo Perea. Con la llegada del sintético ex jugadores, como Miguel Reinoso (ex capitán de Laprida), sueñan con disputar un encuentro en el nuevo rectangulo de juego: “Sería muy lindo jugar ahí, donde uno dejó lágrimas y sudor”, declaró.


Hay quienes aseguran que para que un club crezca debe funcionar como una mesa, en donde sus cuatro patas funcionen en armonía, de manera correcta: Jugadores, hinchas, cuerpo técnico y comisión directiva.


Si bien durante los últimos años no se han registrado grandes logros a nivel futbolístico, se ha notado un buen trabajo desde inferiores a primera, sumado a que en 2019 se formó el equipo de futbol femenino.


En su tarea como institución de brindar un espacio a la comunidad, se permitió que los más jóvenes del barrio puedan acercarse al club, tratando así de evitar que estén mucho tiempo en las calles. Fue así como los “pibes” se pusieron en campaña de modificar la fachada del club, pintando cada uno de los rincones que rodean al predio, y remodelando las tribunas.

Por ultimo cabe resaltar el trabajo dirigencial que, gracias a su buena organización y ordenamiento, obtuvieron como recompensa la ayuda de los gobiernos de turno. Esto permitió el crecimiento en lo que respecta a la infraestructura: la edificación del SUM (espacio de usos múltiples), el quincho y, por supuesto, la cancha de césped sintético, son algunos de los proyectos que se han ido concretando con el paso de los años.


Desde la institución remarcaron que el objetivo deportivo a futuro es la inauguración y el estreno del nuevo campo de juego de su estadio. Además, insisten en que siempre está el sueño de volver a campeonar, pero por sobre todas las cosas seguir creciendo como institución.


 
 
 

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